miércoles, 30 de noviembre de 2011

Cuando las palabras te salen del alma...

Una de las dificultades que me encontré a principio de curso fue saber qué asignaturas iba a coger. Al final, a mediados de octubre, decidí cogerme una más, de libre configuración, una asignatura en inglés llamada "Introduction to Robotics". Los horarios eran martes y miércoles por la mañana, y durante dos semanas estuve yendo los martes y nadie aparecía. A la tercera semana hablé con el profesor, el cual, "amablemente" (ya explicaré el rollo que se trae ese profesor conmigo) me dijo que los martes no había clase, solo los miércoles. Me indicó también que si él fuera yo se olvidaría de la asignatura, no obstante decidí ir, casi un mes y medio después, a mi primer día en la asignatura.

El panorama era desolador, yo esperaba una clase teórica en inglés sobre la robótica, algo parecido al curso de la UNIA, pero nada más lejos de la realidad: era una clase de "jugar" con LEGO. Todos cogieron sus kits de LEGO y se pusieron rápidamente a seguir depurando los programas, el profesor, también "amablemente", me explicó en su absurdo inglés que tenía que construir un robot seguidor de líneas, y que a finales de noviembre debía pasar una prueba con un circuito. La primera clase la empleé en construir el robot con las piezas, para mi desgracia en mi kit, casualmente, faltaban bastantes piezas y me pasé las dos horas de clase rebuscando esas piezas sin saber que no estaban, pero al final lo conseguí. Para la siguiente clase ya tenía el hardware, solo faltaba el programa. Fue estupendo descubrir que el programa no tenía ningún lenguaje de programación, ni era para nada intuitivo, y si a eso le sumamos la negativa del profesor a ayudarme a comprenderlo lo justo para poder trabajar obtenemos dos horas de clase empleadas en aprender a manejarlo por mi cuenta mientras que mis compañeros, a quienes sí se lo había explicado, tenían un auténtico laberinto de lazos, iconos y bucles en sus pantallas, con el robot funcionando.

Hoy han sido las dos últimas horas de clase para terminarlo, yo tenía una hoja de pruebas que poco se asemejaba al circuito que debía seguir, pese a ello he conseguido hacer el programa, no sin pelearme con las opciones de carga al robot, con los sensores y motores y con iconos que debía usar sin saber ni cómo funcionaban. Por fin he podido hacer las primeras pruebas en la plantilla, depurar un poco y conseguir que funcione justo al terminar la clase, así que apago el ordenador y me iba a ir cuando el profesor en su "talentoso" inglés me dice que al no haberlo terminado ya tenía la asignatura suspensa. Otros se habían ido y no entendía la situación, al contrario de como me había dicho el último día para pasar la prueba era hoy, aunque la semana pasada no viniera a clase. Encendí corriendo el ordenador para enseñárselo, cargué el programa y... no funcionaba ni en la plantilla. El profesor se fue con un "me lo imaginaba" por lo bajini, y comprobando en por qué no iba como antes descubrí que uno de los engranajes de las ruedas se había soltado. Lo ajusté y todo volvió a funcionar como antes, lo probé en el circuito y el bicho que había construido se meneaba por la línea como un lagarto. Fui corriendo a buscar al profesor y le expliqué por qué no había funcionado antes, así que accedió a verlo pensando en que no tendría mucho éxito, según él, porque el programa que había hecho era demasiado "raro y simple".

Puse el robot en marcha incluso en una posición difícil, para lucirme. Empezó a seguir la línea, a tomar las curvas con precisión, a menearse de un lado a otro siguiendo la línea incluso por partes bastante irregulares o despegadas. Yo estaba emocionadísimo viendo como mi pequeño le hacía un "Zas! en toda la boca" al profesor, que esperaba el momento en que se saliera para salirse con la suya. A un lado, a otro, una curva difícil, una parte despegada con absoluta precisión y sorprendente velocidad. El final se hallaba cerca, yo estaba emocionadísimo, orgulloso de mi trabajo y con miedo a que fallara en el último momento, y el profesor con cara de asco. Cada vez menos y menos y menos y... De repente, allí, delante de un profesor que me despreciaba, con un trabajo en el que tan complicado me lo han puesto, en una asignatura en inglés que me supuso una gran decepción, al final, al final de todo mi boca soltó al robot unas palabras que me salieron del alma: OLE MI CHOUREROU HUAPOOOOU!!!

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