miércoles, 30 de mayo de 2012

vivir es morir



El enfermo traidor es aquel que te roba, ama, engaña. Cuando sales él te ve, cuando lloras él se ríe, cuando ríes él te daña. Negros ojos acusadores encuentras cuando buscas un aliento, grandes manos te empujan cuando llevas tu pesada carga. Es él, el traidor, el que te grita al oido, quien con un suspiro te llena las entrañas de veneno, es quien te retiene, quien te hace perder, quien pese a todo nunca te deja de perseguir en la soledad.

En medio de una guerra incesante ha de terminar el corazón de un niño. Salvaje es la suerte que permite que deseemos tocar el fuego, pero vencer o morir es solo un sueño. No existen grandes rocas que no se puedan mover aunque cueste toda una vida, y, sin embargo, no hay piedra por pequeña que sea que esté en su lugar. La traición consume por dentro la voluntad de las personas, la muerte es el viento que sopla nuestras alas de libertad.

Traición, traición es la palabra que utiliza para la permisibilidad, traición es la que te roba la esperanza y te hace desear muerte cuando todo cuanto rodea es vida. Es un traidor, es el traidor el que vive dentro de tí y no te deja vivir, quien te traiciona día a día quitándote todo cuanto amas, quien te despierta de un sueño con una bofetada de realidad. Eres tú, eres tú quien te traiciona.

Si conoces a alguien capaz de dejarlo todo estarás conociendo un reflejo de una llama que una vez ardió en tí, mirarás a la muerte a los ojos y te volverás sumiso, verás a tu auténtica voluntad decapitada por la mano de su guadaña, y la imagen que tendrás de tí será el cráneo de dicha voluntad infestado de gusanos. 

Vive, muere, importa poco porque no hay diferencia entre contar hacia adelante o hacia atrás, pero si eliges vivir siempre habrá un mañana que mantenga prisionero a tu corazón, y si eliges morir será tu llama la que veas reflejada en los ojos de los corderos degollados. Vive, pero la muerte es un ángel, y el miedo pertenece a los vivos, los vivos que están muertos. Muere, porque solo los que saben que ya están muertos están realmente vivos.

Estas son las muertes pálidas a las que los hombres llaman equivocadamente sus vidas.

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