lunes, 23 de noviembre de 2009

Soledad, hermoso y triste sueño.

De repente un estruendoso sonido lo despertó, el chocar de un cenicero lleno de colillas contra el suelo. Había estado ensimismado frente al ordenador durante horas y no se había dado cuenta. Una enorme soledad lo invadía y no le permitía pensar en nada. En aquel cuarto todo se le venía encima, las estanterías con libros, la televisión, su propia cama de repente eran cosas que no quería tener en cuenta en su vida, que le presionaban en el pecho sin razón alguna. Hizo un ademán de despejarse cuando cogió la chaqueta para salir a dar una vuelta en la noche abrumadora.

En la puerta de casa encendió un cigarro, y antes de comenzar un camino que no tenía destino dedicó un momento a dar un aire reflexivo a todo aquello. Su vida iba bien, tenía un buen trabajo que le daba dinero para vivir, tenía a sus amigos, con los que siempre podría quedar para tomar unas copas en algún bar bien ambientado, pero la madrugada del lunes era un mundo desierto y desconocido. Disfrutó unos instantes de la soledad de las calles regadas por el manto de la lluvia que toda la tarde había estado acariciando la ciudad, del olor a tierra mojada de un parque cercano y del silencio poco habitual de la urbe. Al fin sus pasos comenzaron a ser una realidad, sin importar si iba por la acera o por mitad de la calle dándole una nueva perspectiva a veces imposible de conseguir, según el momento.

Sus piernas le llevaban por lugares al azar, algunas veces llevados por rutina y otras por meros impulsos. Conforme pasaba lugares conocidos algunos recuerdos le venían a la cabeza, "aquí pasé una noche genial con mis amigos", "ahí tuve un golpe con el coche", "aquí había antes una tienda de ropa donde compré una chaqueta que me encantaba", "ahí la vi por primera vez...". Todo eran lejanos recuerdos, demasiado lejanos quizás, pensó, producto de una pasada preocupación en exceso por la vida, o por una despreocupación actual, no lo podía diferenciar.

Nada interrumpía en sus pensamientos mientras andaba, aquella era en aquel momento su verdadera soledad, mientras todo el mundo dormía, mientras nadie remotamente podía estar pensando en él, lo cual alimentaba su melancolía. Llegó a un punto, entre medias de dos caminos que se besaban en un bello puente que sobrepasaba un riachuelo, donde paró y se apoyó en la barandilla, dejando la mirada perdida en la corriente mientras tenía en su mente la mera posibilidad de saltar, seguramente una probabilidad bastante pobre que le causaba miedo, pero ese miedo en aquel momento era una emoción demasiado fuerte en su corazón, la primera emoción en mucho tiempo y que no quería dejar escapar, mientras contemplaba el curso del río.

Avivó aquella llama pasando al otro lado de la barandilla, sujetándose primero firmemente con los dos brazos y luego únicamente con una sola mano. Un mal volunto, un resbalón y no habría marcha atrás, le aterraba, pero no podía hacer más que dejarse llevar, y pensó en que tal vez sí tenía motivos para hacerlo, que quizás así dejaría un recuerdo en la gente que tanto le importaba, que le echarían de menos, que desearían fuertemente que estuviera con ellos.

Cerró los ojos, y con una sonrisa verdaderamente triste se dejó caer hacia adelante, lo único que tenía que hacer era soltar la mano. En aquel momento se sintió libre, estaba sujeto a la mezquindad del mundo por un lado y por otro estaba rozando las estrellas mientras una triste melodía sonaba en su cabeza. Respiró hondo, contempló el cielo derramando una lágrima y se encontró con una tímida luna que escapaba de entre las nubes, quedando asombrado por su belleza, por el resplandor que arrojaba crudas sombras sobre sus perseguidoras las nubes mientras algunas atrevidas estrellas brillaban en su cercanía. El sonido del riachuelo golpeando suavemente las rocas, el olor a humedad, la soledad de aquella bella escena... Volvió al otro lado de la barandilla sabiendo que a la noche siguiente seguiría allí, desanduvo sus pasos hasta su habitación, se acostó y dejó aquella noche como un hermoso y triste sueño.

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