Ocurrió en el año 1985 ó quizás en el 1986, Quique hizo un viaje muy largo junto con su familia a tierras perdidas, hacia el hogar de sus abuelos. Pintaba un verano aburrido para este introvertido chico en una edad bastante difícil y en un entorno tan asocial para él como era la Galicia profunda. Toda aquella paz y tranquilidad no era más que un saco ahogadizo y echaba de menos el poder hacer de las suyas con sus amigos.
Todo cambió el día que fueron a visitar el Lago. El olor a tortilla y pipirrana en el coche, los jadeos del perro labrador del abuelo, la irritante madre regañando de antemano a los dos desastres naturales que tenía por hijos y los farfulleos de un padre que había perdido el norte un par de veces por el camino... Nada pintaba bien para un buen dia en la vida de Quique, quien esperaba poder contar historias de aventuras con chicas mayores incluidas a sus amigos al regresar.
Aquel dia, como ya he dicho, todo cambió. Justo antes de la comida, para más disgusto de su madre, Quique y su hermana Claudia se metieron en el agua, lo que había empezado como un juego recuperando una rapala enganchada en unos ramajes evolucionó en una búsqueda de tesoros escondidos en las profundidades a modo de anzuelos y otros montajes liados en las ramas del fondo. Claudia acudió al ultimátum de su madre para ir a comer, pero Quique vio algo un poco más al fondo que no pudo dejar para después...
Todo cambió el día que fueron a visitar el Lago. El olor a tortilla y pipirrana en el coche, los jadeos del perro labrador del abuelo, la irritante madre regañando de antemano a los dos desastres naturales que tenía por hijos y los farfulleos de un padre que había perdido el norte un par de veces por el camino... Nada pintaba bien para un buen dia en la vida de Quique, quien esperaba poder contar historias de aventuras con chicas mayores incluidas a sus amigos al regresar.
Aquel dia, como ya he dicho, todo cambió. Justo antes de la comida, para más disgusto de su madre, Quique y su hermana Claudia se metieron en el agua, lo que había empezado como un juego recuperando una rapala enganchada en unos ramajes evolucionó en una búsqueda de tesoros escondidos en las profundidades a modo de anzuelos y otros montajes liados en las ramas del fondo. Claudia acudió al ultimátum de su madre para ir a comer, pero Quique vio algo un poco más al fondo que no pudo dejar para después...
1 comentario:
Va pintando bien la cosa, a ver si encuentra el anillo único jejejejeje
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