De todos es conocido el reciente suceso ocurrido en Haití, un país de las aguas del Caribe que ántes de esta terrible desgracia fundaba su economía local en la agricultura y la pesca dedicada esencialmente al autoabastecimiento. Pero, ¿a qué se debe su pobreza? Informándome un poco me he enterado de que la sobreexplotación forestal en alarmante aumento (ya han acabado con el 98% de sus recursos forestales) ha producido la esterilización de la tierra, lo que impide que se puedan establecer campos de cultivo. Esta deforestación producida esencialmente para la producción de carbón y maderas es también causa de la tremenda erosión, la escasez de agua potable y las inundaciones periódicas que sufre.
Como el pez que se muerde la cola esta situación provoca que los haitianos con niveles educativos elevados emigren a otros países en busca de una más próspera vida, lo cual dificulta sensiblemente el desarrollo económico del país, ya que, entre otras consecuencias, no consiguen patrocinadores internacionales que faciliten un apoyo y una asistencia en los programas de desarrollo del gobierno haitiano. La ayuda económica extranjera supone el 40% del presupuesto nacional, recibida principalmente deEEUU, Canadá y la Unión Europea. Sin embargo su deuda externa está cifrada en unos 1300 millones de dólares, pese a que cumple las condiciones establecidas por el Fondo Monetario Internacional y por el Banco Mundial para la cancelación de dicha deuda.
El rumor que circula hoy en día por la red sugiere que detrás de toda la organización de ayuda tras el terremoto hay un oscuro interés de sobreexplotación económico. Las conjeturas apuntan a que nuevamente George Bush padre tiene sus ojos puestos en la isla, puesto que, al parecer, el país tiene importantes reservas de petróleo y gas, así como yacimientos de uranio, oro y otros minerales. La política del país nunca le ha permitido establecer puertos en aguas profundas y demás instalaciones para poder explotar este recurso, por lo cual se rumorea que fue la causa de tanta inestabilidad política en el país.
Sea o no cierto me hace pensar que la ayuda no puede terminar en las asistencias primarias, porque aunque pasen esta calamidad seguirán en la misma situación de pobreza y abandono, volviéndose a ver obligados a alimentarse de galletas de lodo por no tener suficiente como para adquirir productos de primera necesidad. Seguirán empobreciéndose, terminarán por destruir el ecosistema y serán un banco de desgracias el resto de su vida.
Lo ideal y lógico sería (si este mundo se moviera por el hombre y no por el dinero) establecer planes de reforestación como hizo la República Dominicana, impulsar la escasa industria textil, recuperar los campos, y, sobre todo, ayudar por parte de los gobiernos de los países a que puedan explotar sus propios recursos energéticos y minerales, no que estamos apoyando, por desgracia, a que los ricos se hagan más ricos a costa de que los pobres se hagan más pobres, una práctica muy común que conocemos perfectamente gracias a la "crisis económica" y ante la cual también permanecemos impasibles.
Como el pez que se muerde la cola esta situación provoca que los haitianos con niveles educativos elevados emigren a otros países en busca de una más próspera vida, lo cual dificulta sensiblemente el desarrollo económico del país, ya que, entre otras consecuencias, no consiguen patrocinadores internacionales que faciliten un apoyo y una asistencia en los programas de desarrollo del gobierno haitiano. La ayuda económica extranjera supone el 40% del presupuesto nacional, recibida principalmente deEEUU, Canadá y la Unión Europea. Sin embargo su deuda externa está cifrada en unos 1300 millones de dólares, pese a que cumple las condiciones establecidas por el Fondo Monetario Internacional y por el Banco Mundial para la cancelación de dicha deuda.
El rumor que circula hoy en día por la red sugiere que detrás de toda la organización de ayuda tras el terremoto hay un oscuro interés de sobreexplotación económico. Las conjeturas apuntan a que nuevamente George Bush padre tiene sus ojos puestos en la isla, puesto que, al parecer, el país tiene importantes reservas de petróleo y gas, así como yacimientos de uranio, oro y otros minerales. La política del país nunca le ha permitido establecer puertos en aguas profundas y demás instalaciones para poder explotar este recurso, por lo cual se rumorea que fue la causa de tanta inestabilidad política en el país.
Sea o no cierto me hace pensar que la ayuda no puede terminar en las asistencias primarias, porque aunque pasen esta calamidad seguirán en la misma situación de pobreza y abandono, volviéndose a ver obligados a alimentarse de galletas de lodo por no tener suficiente como para adquirir productos de primera necesidad. Seguirán empobreciéndose, terminarán por destruir el ecosistema y serán un banco de desgracias el resto de su vida.
Lo ideal y lógico sería (si este mundo se moviera por el hombre y no por el dinero) establecer planes de reforestación como hizo la República Dominicana, impulsar la escasa industria textil, recuperar los campos, y, sobre todo, ayudar por parte de los gobiernos de los países a que puedan explotar sus propios recursos energéticos y minerales, no que estamos apoyando, por desgracia, a que los ricos se hagan más ricos a costa de que los pobres se hagan más pobres, una práctica muy común que conocemos perfectamente gracias a la "crisis económica" y ante la cual también permanecemos impasibles.
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